En un acto de esperanza y empatía, 731 adolescentes y jóvenes de todo el país aceptaron el reto de utilizar el arte para responder a una pregunta fundamental: ¿cuál es tu propuesta para una Colombia en paz? En su segunda edición, el concurso Trazos de Paz se convirtió en una plataforma para que los jóvenes expresaran sus pensamientos a través de audios, ilustraciones, escritos y videos.
Organizado por UNICEF Colombia y apoyado por diversos aliados, este concurso superó las expectativas del año anterior, con más de 300 nuevas postulaciones. Los participantes aportaron sus talentos y creatividad para contribuir a la construcción de un futuro mejor, conectándose con los contenidos y recomendaciones de la Comisión de la Verdad.
Un llamado a la reconciliación
Las 549 obras presentadas en esta edición reflejan la profunda conexión de los adolescentes y jóvenes con la necesidad de paz en sus territorios. Cada obra es un grito de esperanza, un llamado urgente a la reconciliación. A través de estas expresiones artísticas, los participantes subrayan que la paz no es solo un ideal, sino una vivencia diaria que se construye con acciones concretas. El arte se convierte, para muchos de ellos, en una herramienta para transformar el dolor en esperanza y el sufrimiento en resiliencia.
Tanya Chapuisat, representante de UNICEF Colombia, destacó: “Estas obras son evidencia de las fuerzas de sus voces para exigir que haya paz en todos sus territorios de Colombia y un compromiso para proponer acciones completas para la verdad, la justicia, la reparación y la no repetición”.
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Fomento a la diversidad de expresión
Trazos de Paz se estructuró en cuatro categorías —ilustración, video, audio y escrito— ofreciendo a los adolescentes y jóvenes un espacio para explorar diversas formas de expresión. En cada categoría, los participantes mostraron cómo el arte puede ser una herramienta de resistencia, memoria y, sobre todo, esperanza. Las ilustraciones capturaron los sueños de un futuro mejor, mientras que los cortometrajes y audios revelaron las emociones y narrativas de quienes han vivido la violencia de cerca. Los escritos, por su parte, conectaron el pasado y el futuro, creando relatos que unen generaciones.
Al elegir el arte como medio de expresión, los jóvenes demostraron que es una forma de resistencia, de memoria y, sobre todo, de esperanza. Cada obra invita a conectar con las historias humanas detrás del conflicto armado y a cuestionar qué significa realmente vivir en paz.
En el concurso Trazos de Paz, la voz de los jóvenes se escuchó a través del arte.
El arte como agente de cambio social
El jurado, encargado de seleccionar las obras ganadoras, evaluó especialmente la capacidad de cada pieza para transmitir un mensaje profundo sobre la paz. Estuvo compuesto por Stephanie Maiwald, directora del Instituto Goethe en Colombia; Tatiana Pineda, experta en políticas públicas y construcción de paz; Sonia Tato, Jefa Adjunta de Cooperación de la Delegación de la Unión Europea en Colombia; y Oscar González, artista visual y muralista.
De las 549 obras recibidas, 20 fueron seleccionadas como ganadoras. El jurado destacó el poder del arte para superar barreras y generar diálogos sobre temas complejos y dolorosos.
Además, los internautas votaron por sus obras favoritas, con un total de 12.600 votos. Las tres piezas más votadas fueron: “Los matices de las sombras” de Laura Sofía Ramos Arrieta, “¿Cuántos?” de Sara Valentina González Osorio, y “Abrazo tus heridas” de Mariana Lamas. Estas obras representan un mensaje común: la paz es posible y debemos trabajar por alcanzarla.
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En un país marcado por la violencia, Trazos de Paz demuestra que el arte puede ser un motor para la reconciliación y la transformación social. Como afirmó Tatiana Pineda: “Esto es, pasito a pasito, para transformar una cultura violenta en una cultura de paz. Me impresionó la creatividad de las obras, algunas de las cuales, incluso al escucharlas, nos erizan la piel y nos hacen aguar los ojos. Jóvenes, con sus obras, ya estamos tocando corazones y comenzamos a transformarnos desde ahí”.