Educalidad se une a las voces que se suman cada año para rechazar el reclutamiento, uso y manipulación de los niños, niñas y adolescentes por parte de los diferentes actores armados. ¡Todos los niños deben estar en la escuela! ¡A todos los niños se les debe garantizar sus derechos! ¡Y todos los niños deben recibir protección integral por parte del Estado, la familia y la sociedad! ¡Todos, sin excepción!
Desde hace 20 años, el “Día de las Manos Rojas” se realiza cada 12 de febrero, para conmemorar el aniversario de la firma del protocolo de la Convención sobre los Derechos del Niño, que prohíbe el uso de niños, niñas y adolescentes en los conflictos armados, por parte de grupos armados irregulares, estructuras del crimen organizado, o fuerzas armadas y de policía del Estado.
Esta conmemoración fue creada en 2002 por la Asamblea General de Naciones Unidas con la intención de sensibilizar al mundo sobre el reclutamiento forzado de niños, niñas y adolescentes en la guerra. ¿Por qué la simbología de las manos rojas? El recurso de las manos rojas se utiliza anualmente como una señal de “alto”, “pare”, “deténgase”, “no más”. Es el llamado a ponerle fin al uso y reclutamiento de menores con fines bélicos.
Derecho a la educación
En esta versión 2022 del “Día de las manos rojas”, hay un nuevo actor que ha agravado la situación de vulnerabilidad de los menores. Es la pandemia, que ha favorecido el incremento del reclutamiento de jóvenes, quienes se encuentran aún más frágiles e indefensos ante la falta de oportunidades, acceso y calidad de la educación. La desescolarización de los jóvenes los convierte en objetivo de los grupos armados ilegales; y en general, el contexto colombiano actual es escenario de múltiples violaciones de derechos humanos contra niñas, niños y adolescentes.
Por eso se hace perentorio que el Estado colombiano reafirme su compromiso de promover todas las acciones que estén a su alcance para proteger a la niñez y la adolescencia de toda situación que atente en su contra y a emprender acciones para garantizar sus derechos. Los niños, niñas y adolescentes deben crecer en entornos protectores, como son la familia y la escuela.