Desobedecer

0
94

Soy una niña. A comienzos de los 90, en un patio de juegos cartagenero otro niño me espeta: “saliste de mi costilla”. Asocio esa imagen -untada de la sustancia un tanto onírica de la memoria infantil- a un filme animado que también veía por esos días. Era un VHS de caja gris que correspondía, creo recordar, a una serie de representaciones bíblicas. En muñequitos, les decíamos. Ese, en particular, presentaba a un Dios omnipotente haciendo el mundo desde un impulso febril. Rememoro las imágenes: lavas repentinas y fuerzas acuáticas formándose por mandato de un patriarca divino. El mundo consolidándose, los animales emergiendo, la luz llegando. Adán, solitario, y luego esa deidad varonil, omnipotente, apiadándose del hombre que había hecho a su semejanza, y que para sosegarlo extrae a una fémina de su costilla. Y la serpiente, malévola, susurrándole a Eva que probara el fruto de ese árbol que Dios, en su soberanía, había prohibido. La cesión de Eva, la manzana mordida. Recuerdo la ira de ese Dios padre, la decepción, el pudor posándose sobre los cuerpos. Recuerdo la desolación, la pérdida, el arribo de la culpa, el asentamiento de la vergüenza, la ilustración del castigo. Y, al escarbar, retengo el foco en la moraleja. Qué hiciste, mujer.

Artículo anteriorNiños, niñas y adolescentes de la iniciativa de Diplomacia deportiva y cultural para la prevención del reclutamiento armado de menores, de Cancillería, forjaron un mural que conmemora a las víctimas de la violencia en Samaniego
Artículo siguienteNuestros hijos no van a ir a la universidad
Educalidad
Educalidad es un servicio de la Corporación Liderar conformado por un equipo interdisciplinario de profesionales dedicados a contribuir a la construcción de convivencia y paz en la sociedad, empleando la educación escolar como herramienta de transformación cultural y fortaleciendo la relación familia – escuela.