Ya sea en términos académicos o con la profundidad y contundencia de una reflexión infantil, el hambre es una situación que Colombia necesita resolver para cada niño y niña; ojalá complementado con atención a su salud.
¿Por qué los niños y niñas son el presente y no el futuro del país? Esta es una de esas preguntas que incomoda y que al mismo tiempo invita a una reflexión profunda. Es dura y cruda porque vuelve a poner la responsabilidad del futuro en nosotros y no en ellos, pero también está llena de certezas. Buscaré darle respuesta o al menos, acercarme a la esencia de la misma.
Hace unos días, cerca de 12 niños y niñas de todo Colombia, con edades entre los 10 y 16 años, quienes recogieron durante meses pedidos de personas de su edad, llegaron al Congreso de la República para alzar su voz y pedirle al Gobierno que vele, respete, priorice y establezca dentro del Plan Nacional de Desarrollo (PND), la garantía total de sus derechos. Al final llegaron 14 senadores y representantes que hacen parte de la comisión accidental de niñez para escucharles como representantes de la niñez en el país.