Por Andrés Gaitán Luque*
Hasta épocas recientes, y en la mayoría de los países, la situación de la mujer ha estado marcada por la exclusión de la ciudadanía. En el caso colombiano, solo hasta la década de los 50, la mujer tuvo carácter de ciudadana.
La minoría de edad, como idea, ha generado una situación de desventaja para que la niñez ejerza una ciudadanía plena; ser considerado como menor hace que los niños sean excluidos de la participación, incluso, en asuntos que les conciernen directamente.
Los hechos arriba citados justifican que el presente Congreso de Prevención y Atención del Maltrato Infantil, que organiza la Asociación Afecto, se centre en las niñas, pues su situación en muchas ocasiones es doblemente excluyente y fuente potencial de maltrato en sus diferentes modalidades.
Ser mujer y ser niña hace que fácilmente se combinen dos formas de exclusión y, obviamente, de desconocimiento, lo cual amerita que dediquemos los tres días del Congreso, 12, 13 y 14 de julio, a reflexionar sobre las condiciones en que viven las niñas. Este congreso está dedicado a ellas.
Será una reflexión con perspectiva de género que cobra mayor relevancia porque, por primera vez, en esta vigésimo octava edición del Congreso, tendremos una sala dedicada exclusivamente a la educación y al maltrato infantil, con conferencistas y talleristas nacionales e internacionales, bajo la coordinación de Educalidad.
Creo que va a ser un evento muy interesante para todas las actividades de cuidado y protección de nuestras niñas.
¡Los espero allá!
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* Coordinador del Centro de Estudios y Servicios en Pedagogía y Familia de la Universidad Pedagógica Nacional y líder del grupo interinstitucional de Investigación Familia y Escuela. Docente de la Universidad Pedagógica Nacional, Facultad de Educación.
