La Inteligencia Artificial (IA), la Aprendizaje Automático (Machine Learning), la Computación en la nube, la Realidad Virtual (VR) y Realidad Aumentada (AR) hacen parte del abanico de nuevas tecnologías que han desempeñado un papel transformador en el ámbito educativo. Estas innovaciones están revolucionando la forma en que los profesores enseñan y los estudiantes aprenden.
Sin duda, las nuevas tecnologías han abierto oportunidades y posibilidades para mejorar la calidad de la educación y potenciar el desarrollo de habilidades y conocimientos en los estudiantes. Sin embargo, la integración efectiva de la tecnología en la vida de los estudiantes debe tener en cuenta sus características y necesidades, así como las capacidades y limitaciones de las instituciones educativas.
Entre las desventajas asociadas a su implementación están el acceso desigual a la tecnología y la conectividad, que genera una brecha digital entre aquellos que tienen acceso a las herramientas tecnológicas y aquellos que no la tienen. La dependencia excesiva puede volver a los estudiantes pasivos en su aprendizaje, esperando que la tecnología les proporcione respuestas y soluciones, en lugar de desarrollar habilidades críticas y creativas por sí mismos.
Las redes sociales, los juegos en línea y otras distracciones digitales pueden desviar la atención de los contenidos educativos, afectando el rendimiento académico. Además, se pueden generar situaciones preocupantes en términos de privacidad y seguridad de la información, si no se implementan medidas adecuadas para proteger los datos de los estudiantes.
Conversando con expertos
En el contexto mundial, cada vez se siente más el interés por las implicaciones del uso de las nuevas tecnologías y la desinformación, especialmente en niños, niñas y adolescentes. Entre las organizaciones que lideran en Colombia las reflexiones en torno a estos temas se destaca CIVIX, que en asocio con la Universidad Externado de Colombia, desarrolló un foro de alto nivel para abordar el impacto de las nuevas tecnologías y los peligros de la desinformación para la sociedad colombiana.
Expertos en innovación, periodistas, funcionarios públicos, organizaciones no gubernamentales y, por supuesto, docentes, hicieron parte de la nómina de invitados de primera categoría. Daniel Barredo, doctor en periodismo de la Universidad de Málaga, fue el invitado principal al foro, razón por la cual Educalidad lo entrevistó para conocer qué opina sobre la escuela, las nuevas tecnologías y la desinformación.
Las desventajas detectadas por adultos sobre el uso de las nuevas tecnologías terminan siendo los argumentos por los cuales algunos deciden excluirlas o prohibirlas en el aula de clase. Pero como nos lo explicó Daniel Barredo, experto en el tema, ya la tecnología nos demostró en los tiempos complejos como la pandemia que, siendo bien usada, constituye el mejor aliado para la educación.
Daniel nos habla de un fenómeno histórico en términos de la “demonización de la tecnología”, es decir, una tendencia a satanizar avances tecnológicos que, el tiempo nos ha demostrado, terminan siendo incorporados a nuestra cotidianidad. La radio y la televisión son algunos ejemplos de ello.
“Yo creo que podemos implementar la Inteligencia Artificial como parte de un proceso nuevo para la enseñanza- expone Daniel-. No se trata de que los estudiantes utilicen el Chat GPT para generar sus ensayos, sino que pueden utilizar esa tecnología como parte de la construcción de sus ensayos y esto va a ser maravilloso porque van a producir ensayos mejor escritos o con más fuentes y no hay nada de malo en ello”.
Daniel nos invita a implementar en el aula las nuevas tecnologías. OXFAM, en su reflexión ‘Las nuevas tecnologías y la educación con valores’ las define así: “Las nuevas tecnologías de la educación son una herramienta para fortalecer la enseñanza y el aprendizaje, aumentar las oportunidades para acceder al conocimiento, desarrollar habilidades colaborativas o inculcar valores, entre otros”.
Redes sociales
Durante el Foro se analizaron los riesgos asociados a las redes sociales, uno de los temas que genera mayor controversia.
Al respecto, Daniel Barredo expuso: “La exposición fuerte en las redes sociales se puede incrementar con ciertas patologías. Habido un incremento del suicidio en los adolescentes después de la Covid. Algunos autores estamos tratando de trabajar en esta línea de investigación de comunicación y suicidio, entendiendo cuáles son esas causas y por qué las redes sociales, que son espacios fantásticos para la deliberación, pueden generar un aumento de la depresión, de la ansiedad”.
La desinformación
Además de los retos en términos de salud mental, desde la misma convocatoria, los organizadores señalaron otro tema que está ocupando un lugar relevante en las reflexiones de ámbitos como la educación, los medios de comunicación y la participación política: la desinformación.
“La información y la desinformación son las dos caras de una misma moneda- cita CIVIX a Daniel-. La desinformación imita las formas de la información, pero con un objetivo muy distinto. Por lo general, busca dividir, promover enfrentamientos y discordias que se traducen finalmente en lo que se conoce como polarización”.
Cuestión de ciudadanía
Organizaciones como CIVIX y Educalidad entendemos que la desinformación tiene repercusiones aún más amplias y compromete el ejercicio de la ciudadanía toda vez que tiene la capacidad de confundir a la opinión pública, manipular la voluntad, dificultar el llegar a consensos y llevar a la toma de decisiones con base a información falsa. Creemos urgente develar la desinformación y sus repercusiones para garantizar el ejercicio de la democracia.
Combatir la desinformación y proteger la salud mental, parecen retos quijotescos para la escuela. Frente a las acciones que se pueden adelantar en el ámbito educativo, los expertos señalaron factores importantes como los siguientes:
- Capacitación de los docentes en temas como nuevas tecnologías, redes sociales, ciudadanía digital, tanto para utilizar sus bondades en favor de los aprendizajes, como para entender y prevenir sus riesgos.
- Autorregulación de exposición, fuentes y contenidos. Esto es, entrenarnos en la capacidad de elegir fuentes de información éticas y contenidos que sean favorables para el desarrollo humano propio y del tejido social. Así mismo, cada individuo debe entrenarse en la capacidad de regular el tiempo de exposición y consumo, teniendo como criterio su propia salud. Y aquí juega un papel fundamental la Alfabetización Mediática Informacional, AMI, a la cual dedicaremos en Educalidad futuras entregas.
Compartimos apuestas como la de CIVIX por apoyar a la escuela en el desarrollo de capacidades para formar una ciudadanía informada. Reiteramos con nuestra audiencia el compromiso, como medio de comunicación, con el manejo ético de la información y una práctica periodística que invite al sentido crítico.