Por: Daniel Ciprian*
Docentes, estudiantes y familias cuentan con la capacidad absoluta de realizar muchas transformaciones, a pequeñas o grandes escalas, que permitirán que la educación en la escuela responda a las necesidades de los contextos actuales. Uno de sus retos, como comunidad educativa, radica en redescubrir los espacios de libertad que aportan a la verdadera transformación de la sociedad.
Hablar del concepto “espacios de libertad” implica entender que se hace referencia a escenarios de encuentro de actores para la creación de nuevos conocimientos dentro y fuera de la escuela. Están, por ejemplo, las emisoras escolares, las bibliotecas, las canchas de fútbol, las gradas del colegio, el andén de la calle, la zona verde, la cocina, la habitación. Todos esos son escenarios de encuentro para “el ocio”, ricos de conocimientos heterogéneos que permiten propiciar el intercambio de conocimientos individuales para la generación de nuevos aprendizajes en colectivo.
Los espacios de libertad son generadores de prácticas edu-comunicativas que se dan en diferentes escenarios a los destinados para la formación académica de los jóvenes, niños y niñas. Son prácticas fuera del aula que podrían considerarse de libertad, pero que son poco visibilizadas, porque se asumen de relleno o extracurriculares. Por consiguiente, se les da poc importancia y terminan siendo escenarios “sin sentido” aparente de aprendizaje o de comunicación.
Deberíamos tener más escenarios de participación dentro de la escuela que tengan como objetivo principal escuchar la voz de los estudiantes. Escenarios que dirijan su atención a la formación de ciudadanos como agentes de cambio, con la capacidad de llevar a cabo acciones transformadoras, capaces de proponer alternativas en pro-beneficio para la sociedad. Escenarios dotados de posibilidades para el diálogo y el debate.
Soy un comunicador social y periodista que se siente afortunado de hacer parte de la escuela. Soy uno de los que está redescubriendo la relación entre el periodismo y la educación como aliadas para aportar en la formación de niños, niñas y adolescentes. Soy uno de los comprometidos con contribuir a dar sentido en sus realidades. En palabras del educador popular Simón Rodríguez, “estamos en el mundo para entre-ayudarnos y no para entre-destruirnos». Y ese entre-ayudarnos parte de la apuesta que hace hoy la escuela y la comunicación por redescubrir y dotar de sentidos los espacios de libertad; los espacios en donde el estudiante disfruta de su proceso formativo.
* Comunicador social – periodista, con especialización en comunicación educativa y estudios en maestría en comunicación, educación en la cultura.