“Cada cerebro es diferente y el impacto de la violencia es diferente en cada persona. Hay niños más sensibles e intensidades del estrés diferentes, pero lo que sí está demostrado científica y médicamente es que muchas enfermedades crónicas están asociadas a los tipos de estrés vivido en la infancia. La hipertensión arterial, las alergias y el asma se pueden detonar con diferentes intensidades de estrés. Dentro de las enfermedades mentales más frecuentes asociadas al estrés están los trastornos de ansiedad y la depresión”, comenta la neuropsicóloga Victoria Eusse.