Por Juan Fernando Mera Lagos*
Algo debe estar fallando de manera particular cuando más de 111.640 personas se encuentran desaparecidas en Colombia, según las cifras oficiales de la Unidad de Búsqueda de Personas Dadas por Desaparecidas, UBPD, del año 2024. Probablemente hemos fracasado como país al desconocer las causas, acciones y al no haber establecido un proceso de búsqueda y verdad alrededor de esta compleja situación.
Sobre todo, intensificamos el dolor al materializar la falta de empatía y al no reconocer que el conflicto armado es una parte de nuestra cultura. Lamentablemente, solo se le da crédito cuando hablamos desde el horror, en lugar de enfocarnos en la restauración y la no repetición.
Sin embargo, dentro del marco de apreciación y sensibilización de la búsqueda de personas desaparecidas, iniciado por la Jurisdicción Especial para la Paz (JEP), se ha posibilitado la sinergia que fortalece el diálogo. Esto ha sido posible gracias a la unión de todas las fuerzas. Desde la voluntad y el empeño de las familias víctimas de desaparición hasta lo institucional. La transformación de la educación es un proceso que sana y que contribuye a escenarios posibles para la paz. Es un proceso desarrolla acciones que cercan los procesos de educación con el anhelo incesante de trabajar por la memoria y la paz.
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Cuando el diseño despierta la memoria
En el contexto de la segunda jornada de La Escuela Abraza la Búsqueda y la Empatía, que se llevó a cabo el pasado 29 de mayo, quiero mencionar el proyecto denominado “Cuando el diseño despierta la memoria”. Este proyecto surge en el Colegio Distrital Juan Evangelista Gómez, en el Programa Técnico en Integración de Contenidos Digitales del SENA, y se aplica a los estudiantes de los grados décimo y once. Su objetivo es acercar a los aprendices a la interpretación del conflicto armado interno colombiano mediante una propuesta de pensamiento crítico.
El génesis del proyecto fue aproximarse a los diferentes actores del conflicto armado y a las consecuencias que este genera en la sociedad. Invitamos a personas, instituciones y organizaciones gubernamentales y no gubernamentales involucradas como protagonistas. En compañía del Centro de Memoria Paz y Reconciliación y la UBPD, implementamos una estrategia pedagógica inspirada en la investigación-acción.
La finalidad fue empatizar en torno al tema de la desaparición en Colombia, las tácticas de búsqueda, los efectos sociales, éticos y morales que esta situación genera en el tejido social colombiano. Además, buscábamos rendir homenaje a la memoria de las personas desaparecidas y sus familias. Para nosotros, la búsqueda se realiza por aire, arte y tierra.
Una búsqueda a partir de la creatividad
Nos hemos valido de las técnicas multimediales correspondientes al programa curricular de diseño, que se usaron como excusa para abordar la temática. Esto permitió la creación de piezas artísticas de fotografía, bordado, video, ilustración y performance, con el acompañamiento no solo de víctimas directas de la desaparición y del conflicto armado, sino también de organizaciones que brindaron apoyo teórico la labor realizada.
Por último, hemos construido un semillero de investigación y de trabajo sobre la desaparición en Colombia. Nuestra impronta es “una persona puede desaparecer físicamente, pero no desaparece de la memoria colectiva de un país». Creemos que la paz es un escenario que vamos creando a través de la memoria. Nuestro objetivo es llevarnos a la no repetición y, por ende, a la reconciliación.
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* Instructor Sena – Líder del Colectivo Colombia con Memoria
