Por: Daniel Ciprian*
Afortunadamente, hoy algunas de las escuelas en Colombia cuentan con la radio escolar como espacio de libertad para el cambio social de las comunidades. Son muchos los docentes que detrás de un micrófono y en un cuartico pequeño hacen radio escolar con niños, niñas y adolescentes. Se valen de herramientas y enfoques periodísticos para hacer de sus clases escenarios para el disfrute del aprendizaje.
Entrevistas, podcast, noticieros y magazines son algunas de las apuestas que se realizan como producciones radiales desde la investigación y el debate en la comunidad educativa.
Si relacionamos la radio escolar con un espacio de libertad, necesariamente debemos pensar en un lugar sin fronteras donde se garantice la circulación de información y conocimiento entre estudiantes, docentes, padres de familia y demás miembros de la comunidad educativa. Es decir, un espacio para crecer en colectivo y para crecer juntos.
Hacer radio con niños, niñas y adolescentes implica acercarlos y enrolarlos en uno de los mejores oficios del mundo: el de hacer periodismo. Una profesión que sin duda alguna aporta a la construcción o destrucción de nuestra sociedad. En palabras de nuestro nobel de literatura Gabriel García Márquez, “ser periodista es tener el privilegio de cambiar algo todos los días” y para esto se debe cultivar esta pasión.
Finalizo mi columna con una de las afirmaciones más importantes para el periodismo propuesta por el periodista y escritor polonés Kapuscinski: “Para ejercer el periodismo, ante todo, hay que ser buenos seres humanos. Las malas personas no pueden ser buenos periodistas”. Considerando que el hacer periodismo con niños, niñas y adolescentes es cultivar en ellos la pasión y dedicación por el mejor oficio del mundo, la radio escolar es una alternativa de libertad para que los estudiantes sean formados como grandes seres humanos.
* Comunicador social – periodista, con especialización en comunicación educativa y estudios en maestría en comunicación, educación en la cultura.
